El sello dinámico y el sello estático son dos conceptos importantes en la tecnología de sellado, son diferentes en definición, escenarios de aplicación y características.
El sellado dinámico, también conocido como sellado de movimiento, se refiere al movimiento relativo entre los componentes sellados en estado operativo. Este movimiento puede ser alternativo o rotatorio. El objetivo principal del sellado dinámico es evitar fugas de fluidos (como gases, líquidos, etc.) entre los componentes en movimiento relativo. Para lograr un sellado dinámico, se suele utilizar un relleno de sellado como principal medio de sellado. La función del relleno de sellado es formar una barrera entre los componentes para evitar fugas del fluido.
El sellado estático, también conocido como sellado fijo, se refiere a la ausencia de movimiento relativo entre los componentes sellados. Su objetivo principal es evitar fugas de fluidos entre componentes estacionarios. Generalmente, el sellado estático se logra mediante juntas de sellado. La junta se coloca entre dos componentes a sellar y se logra un ajuste hermético mediante presión o atornillado, para lograr el efecto de sellado.
En aplicaciones prácticas, la elección de un sello dinámico o estático depende del entorno de trabajo y los requisitos específicos. Por ejemplo, en un eje giratorio que necesita evitar fugas de fluidos, se suele seleccionar un sello dinámico; cuando se deben sellar dos interfaces estáticas, como en las uniones de tuberías, se suele optar por el sellado estático. Además, la elección de los materiales de sellado también es fundamental y debe considerarse en función de la naturaleza del fluido, la temperatura, la presión y otros factores.
En general, el sellado dinámico y el sellado estático son dos conceptos importantes en la tecnología de sellado, y difieren en su definición, escenarios de aplicación y características. En la práctica, es necesario seleccionar los métodos y materiales de sellado adecuados según el entorno de trabajo y los requisitos específicos.